domingo, 9 de marzo de 2014

Aumentan enfermedades asociadas al estrés en las mujeres

LA CRONICA/Bertha Sola 

Los espacios que han ganado las mujeres en el terreno profesional no se han traducido en mayor felicidad en sus vidas, sino que ha elevado sus niveles de estrés y enfermedades relacionadas con éste como son las afecciones cardiacas, la depresión, los trastornos de sueño y la ansiedad.
Gran parte de esta situación se debe a que las mujeres han confundido el concepto de éxito con igualar los esquemas y modos de vida masculinos, sin que encuentren apoyo recíproco en lo que se refiere a las labores domésticas y cuidado de los hijos, explicó Tania Mijares, fundadora de la iniciativa Generación Felicidad.

“Las mujeres en países en desarrollo como México, aún deben jugar este doble rol que hace recaer sobre ellas la mayor parte del peso de las tareas de la casa, además de cumplir su papel de ejecutivas exitosas”.

Lo anterior se confirma con el estudio elaborado recientemente por la compañía Nielsen, que analizó a 6,500 mujeres en 21 países distintos entre febrero y abril de 2011, encontrando que los países donde las mujeres están más estresadas son, en primer lugar la India con un 87% y en segundo lugar México, donde el 74% de las encuestadas reportó sentirse estresada.

Esta situación ha ocasionado que en México se hayan elevado las tasas de morbilidad y mortalidad de las mujeres por infartos y tumores malignos asociados con malos hábitos de alimentación, falta de ejercicio y estrés.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), las causas de mortalidad en México en los últimos 80 años han pasado de ser por enfermedades transmisibles como parásitos e infecciones en el aparato digestivo o respiratorio a causas relacionadas con enfermedades del corazón, diabetes melitus y tumores malignos.

Un estudio del Hospital Universitario de Glostrup, en Dinamarca, concluyó que mujeres que se sentían bajo una presión moderada tenían 60 por ciento más de posibilidades de tener enfermedad cardíaca, mientras que quienes afrontaban presiones excesivas eran dos veces más propensas a sufrir ese problema. Los investigadores de esta institución señalaron también que este estudio se suma a las evidencias previas sobre el efecto de las excesivas demandas psicológicas del trabajo en la salud cardíaca, pero es de los pocos que muestran el impacto en las mujeres.

Mijares propuso que este 8 de marzo, las mujeres tomemos como pretexto esta fecha para revisar nuestro concepto de femineidad para buscar una forma de empoderarnos que incluya procurar buscar nuestro bienestar y felicidad, logrando un equilibrio entre nuestra vida profesional y nuestras aspiraciones personales como mujeres en el terreno emocional.

“Las mujeres nos metemos desde muy jóvenes en una vertiginosa carrera por conseguir trabajo, esposo y tener hijos y nos pasamos el resto de nuestra vida haciendo malabares por conservar esas tres cosas aún a costa de nuestra salud y nuestra felicidad”, expresó.

Recuerdo que la clave de la felicidad y el bienestar es ser capaces de definir nuestro propósito de vida y trabajar con metas claras para alcanzarlo, sin que dicho propósito consista en vivir a través de otras personas o vivir para hacer felices a otras personas, sacrificando nuestro propio derecho a la felicidad.

Para avanzar hacia un estado de mayor bienestar, recomiendo específicamente llevar un diario en el que las mujeres registren brevemente al final del día una o más actividades que hayan realizado en cada uno de los ámbitos que forman nuestra integralidad:

Físico. Ejercicio, alimentación sana, por ejemplo.
Mental. Leer, enfrentar tus miedos, anotar tus errores, escuchar activamente a los demás.
Espiritual. Meditación, trabajo voluntario, pasar tiempo en la naturaleza.
Socio-emocional. Bailar, reír, evitar gente tóxica, pasar tiempo con familia o amigos.

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