Este espasmo es el llamado espasmo mioclónico. Es un movimiento involuntario (como tantos que tenemos) que se produce justo antes de quedarnos dormidos, lo que se conoce como fase de sueño ligero. El cuerpo se relaja y la frecuencia cardiaca se reduce. Llega un momento que el cerebro no sabe si nos estamos durmiendo o muriendo, por lo que emite un impulso nervioso conocido como espasmo mioclónico hacia nuestras extremidades (generalmente las piernas) para comprobar si hay respuesta. Con el movimiento del cuerpo el cerebro ya sabe que está todo en orden y “permite” dormirnos.
Físicamente el movimiento que se produce es parecido a cuando nos asustan, sólo que este último es más brusco e involucra a casi todas las partes del cuerpo, y también está relacionado con el espasmo que sufrimos cuando soñamos con que nos caemos de una gran altura y justo cuando llegamos al suelo nos despertamos.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos ha analizado que el espasmo mioclónico del sueño se produce con más frecuencia en personas con trastornos del sueño, como ansiedad, estrés, estar bajo los efectos de la cafeína, dormir después de realizar actividades extenuantes, etc.
Cerca del 70 % de la población lo sufre, y en realidad no es perjudicial ni produce un efecto adverso sobre nosotros.
Mónica Alfonsín
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